Así se hace una vela Casa de Arán: entre aromas, fuego lento y cariño

Detrás de cada vela que llega a tus manos hay un proceso lento, manual y lleno de alma. No es producción en masa. Es creación. Es oficio. Y queremos contártelo paso a paso.

1. Elección de ingredientes naturales y seguros

Todo empieza con la base: cera de soja 100% vegetal, sin tóxicos ni mezclas. A esto le sumamos fragancias elegidas por su capacidad de emocionar, equilibrar y evocar.

Trabajamos con proveedores europeos y seleccionamos cada ingrediente como si fuera para nosotros.

 

2. Fundido lento y a baja temperatura

La cera se derrite despacio, a fuego bajo, en pequeñas cantidades. Sin prisas. Sin máquinas automáticas. Aquí todo se hace a mano, cuidando cada detalle.

3. Mezcla con las fragancias y vertido con mimo

Cuando la cera alcanza la temperatura ideal, se mezcla con la fragancia exacta, en su justa proporción. Después, se vierte en los envases cuidadosamente, uno a uno. Sin automatismos. Solo atención plena.

4. Reposo, corte y etiquetado artesanal

Cada vela necesita horas —a veces días— de reposo para que cure correctamente. Luego, cortamos las mechas, limpiamos los envases y colocamos cada etiqueta a mano.

Este es nuestro momento favorito. Ver el resultado final. Sencillo. Bello. Íntimo.

Hacemos velas, pero también hacemos pausa

Una vela Casa de Arán no es solo una vela. Es el resultado de elegir otro ritmo. Es un pequeño objeto con alma. Es una forma de cuidarte, de reconectar, de regalar algo con sentido.


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